¿Cómo afecta el alza de tarifas eléctricas a los consumidores peruanos?

Aunque en 2025 las tarifas eléctricas en Perú han experimentado principalmente reducciones, el contexto general muestra un aumento significativo en los últimos años. Entre 2016 y 2024, la tarifa eléctrica residencial en Lima metropolitana se incrementó en 37%, pasando de S/ 0.49 a S/ 0.67 por kilovatio-hora (kWh). Esto representa un aumento sustancial en el presupuesto familiar: una familia con consumo promedio de 120 kWh mensuales vio aumentada su factura de S/ 60 a S/ 82 en ese período.​

A nivel de comparación regional, Perú enfrenta un desafío importante: ocupa el tercer lugar entre los países con tarifas eléctricas más altas de Sudamérica, a pesar de contar con abundantes recursos energéticos. En julio de 2025, la tarifa residencial promedio alcanzaba 18,17 centavos de dólar por kWh.​

Disparidades Geográficas y Desigualdad

El impacto de las alzas tarifarias no es uniforme en todo el territorio nacional. Las zonas rurales y aisladas enfrentan una situación crítica, ya que las características geográficas y la baja densidad poblacional generan mayores costos de distribución. Por ejemplo, en el sistema eléctrico Pangoa 2 en Junín, la tarifa se elevó en 53% durante 2016-2024, pasando de 73.5 a 112.3 céntimos de sol por kWh. Estos diferenciales significativos erosionan la capacidad de compra de los consumidores en áreas remotas, afectando especialmente a poblaciones vulnerables y comunidades indígenas.​

Efectos en Hogares y Presupuestos Familiares

El impacto en las economías domésticas es considerable. Los recibos de luz se han convertido en uno de los gastos mensuales más importantes para las familias peruanas. Para contexualizar: un hogar de ingresos bajos enfrenta facturas promedio diferentes según su región de residencia, y este gasto compete directamente con otras necesidades básicas como alimentación, salud y educación.​

El aumento de las tarifas afecta especialmente a:

  • Hogares de bajos ingresos: Aquellos con consumos menores a 100-140 kWh mensuales son los más vulnerables, ya que representan una proporción mayor de sus gastos totales.
  • Familias que utilizan electricidad para calefacción o agua caliente: Los electrodomésticos de mayor consumo (termas, duchas eléctricas, planchas) pueden duplicar o triplicar las facturas mensuales, especialmente en zonas de clima frío.​
  • Pequeños negocios y comercios: Los usuarios comerciales vieron incrementos acumulados de 4,68% en 2023, erosionando márgenes de ganancia en sectores ya presionados por inflación.​

Competitividad Industrial y Económica

A nivel empresarial, el alza tarifaria afecta la competitividad internacional del país. Perú ha experimentado un aumento de 80% en tarifas industriales durante los últimos 10 años, mientras que Chile ha conseguido una reducción del 9% en el mismo período. Esta divergencia coloca al sector industrial peruano en desventaja competitiva, afectando especialmente a industrias intensivas en uso de electricidad como la minería, la manufactura y la transformación de alimentos.​

Recientemente, algunos clientes industriales libres debieron renegociar contratos a precios casi 70% superiores a los registrados entre 2017 y 2022, resultando en incrementos del costo total de suministro cercanos al 30%.​

Mecanismos de Protección: El FOSE

Para mitigar estos efectos, el Estado implementó el Fondo de Compensación Social Eléctrica (FOSE), un mecanismo de subsidio cruzado creado en 2001. Inicialmente, beneficiaba a hogares con consumos menores a 100 kWh mensuales, financiado mediante un recargo del 4% sobre usuarios de mayor consumo. Recientemente, en 2025, se aprobó expandir este programa a usuarios con consumos de hasta 140 kWh mensuales, ampliando los beneficiarios a más de 21 millones de peruanos.​

Con esta expansión, los hogares vulnerables pueden recibir descuentos de hasta el 16% en sus recibos eléctricos. Además, se incorporó a los usuarios libres (grandes consumidores industriales) como contribuyentes del fondo con un aporte aproximado del 3,2%, distribuyendo equitativamente el costo del subsidio.​

Desafíos Futuros y Factores de Riesgo

A pesar de las tendencias actuales de reducción tarifaria, persisten riesgos que podrían presionar al alza:

  • Vulnerabilidad a sequías: En 2022 y 2023, sequías intensas afectaron la producción hidroeléctrica, aumentando significativamente los costos. Más del 90% de la electricidad proviene de hidroeléctricas y gas natural, generando dependencia de factores climáticos y volatilidad de precios.​
  • Matriz energética concentrada: La falta de diversificación de fuentes de generación limita la capacidad de controlar costos a largo plazo. La entrada de energías renovables podría ayudar, pero requiere inversión en infraestructura de transmisión y almacenamiento.​
  • Sostenibilidad del FOSE: Aunque ha acumulado subsidios superiores a S/ 1,400 millones desde su creación, especialistas advierten sobre dudas respecto a su sostenibilidad a largo plazo.​

Medidas de Ahorro Disponibles

Frente a estos desafíos, Osinergmin y expertos recomiendan:

  • Utilizar focos LED que consumen 80-90% menos energía que bombillas convencionales
  • Apagar dispositivos electrónicos cuando no se usen
  • Mantener electrodomésticos en buen estado para evitar consumo excesivo
  • Desenchufar cargadores después de su uso
  • Optar por equipos con certificación de eficiencia energética

Adicionalmente, desde septiembre de 2023, existe la opción de tarifa inteligente (BT5I) con medidores inteligentes que ofrece precios diferenciados según horarios, permitiendo ahorros de hasta 19% para consumidores que ajustan su uso a horarios económicos.​

Perspectivas de Mejora

El gobierno busca reducir presiones tarifarias mediante dos estrategias principales: diversificación de la matriz energética incorporando energías renovables y reformas regulatorias para aumentar la competencia en el mercado de generación. Estas medidas podrían contribuir a revertir la tendencia alcista de las tarifas y mejorar la accesibilidad para los consumidores peruanos.​